Desde la perspectiva universal de la igualdad de oportunidades donde la educación adquiere una importancia decisiva en el desarrollo de sociedades más justas y libres. La sociedad en su conjunto tiene que reivindicar ese principio esencial para que no se produzcan discriminaciones por razón alguna, aunque hoy día se observan desigualdades importantes en el marco de la escuela y la educación pública. La política de tasas universitarias, la enseñanza secundaria y primaria en la educación pública está sufriendo una agresión lamentable, al no asignarse los recursos materiales y profesionales necesarios para una formación integral de los alumnos. Las movilizaciones de alumnos, familias y profesionales de la enseñanza no son ajenas a la deficiencia de asignación de recursos materiales y profesionales, pues ellos son los primeros que los padecen.
Se trata de privilegiar la enseñanza en centros privados, y si bien existe libertad de elección d centros, en la práctica esa libertad se ve restringida por diversas actitudes por parte de los centros que se eligen, pues estos condicionan o disuaden a los demandantes de plazas en dichos centros por motivos ideológicos (religiosos, fundamentalmente) o por motivos materiales, ya que muchas familias no pueden acceder a esos centros por motivos económicos.
En ese contexto, sin duda la educación y la formación informal y no formal, sobre todo a través de la red, debería adquirir una mayor presencia, pues las herramientas que pueden desarrollarse de forma libre y democrática, harían que los que accedan a la educación formal tengan un apoyo muy importante en su desarrollo, pero para ello es sin duda esencial el que se lleve a cabo en un marco de libertad y de acceso universal a todos, y en este campo los educadores sociales tienen mucho en lo que desarrollarse.
Se trata de superar la crisis económica en lo que a la educación se refiere de forma imaginativa, pero eso sí en todo momento bajo la tutela pública y con fondos públicos.
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